Consumo Responsable

Consumo Responsable

 

Ser responsables en nuestro consumo, significa ser conscientes de lo que supone el consumismo: un consumo incontrolado. Es decir, saber que todo lo que usamos y necesitamos cada día, lo extraemos exclusivamente de los recursos naturales del planeta. 

Es necesario entender qué es un recurso. Según la R.A.E. es un” bien o medio de subsistencia”. Si tenemos esto claro, entenderemos que un recurso natural es por ejemplo, el agua,  no hay discusión en que es un bien y medio de subsistencia. Del mismo modo podemos hacer una larga lista: el aire que respiramos, los bosques, el suelo que cultivamos, yacimientos minerales, pesquerías, depósitos de petróleo y carbón , etc.

Los países desarrollados, ricos, o cómo se les desee denominar, se han acomodado al consumismo, viviendo en una cultura de “usar y tirar”, de comodidad, de necesidades no reales, de poseer lo que los demás tienen sin valorar las consecuencias. Eso produce un despilfarro de recursos y un exceso de residuos con la carga negativa que supone, para el medio ambiente.


Cuando vamos a comprar tenemos que tener criterio y ser responsables, pensar que cada cosa que compramos se ha fabricado a costa de muchos recursos naturales. Además de la materia prima, se necesita mucha cantidad de agua, bien escaso y vital mucha electricidad, proveniente de centrales eléctricas que necesitan para su funcionamiento combustibles fósiles (gasóleo, gas, carbón, gasolina, gas natural) que son los principales responsables del calentamiento global.

Tenemos que considerar, que en la fabricación, se producen residuos, que lo que compramos suele ir envasado, envases que sólo usamos por comodidad y que aumentan el volumen de basuras. Si además compramos compulsivamente, sin reflexionar, la cantidad de residuos aumenta, contaminando, aún más, la atmósfera, los suelos y  las aguas subterráneas.

Por ello es importante reutilizar, siempre que podamos.  Antaño, cuando se rompía el asa de la cafetera, la arreglábamos improvisando un mango, elaborado por nosotros y que volvía a dar utilidad a la cafetera muchos años más y nos servía de regocijo enseñar a nuestra familia y amigos lo apañada que había quedado la cafetera. En estos tiempos, si queremos alargar la vida de nuestra cafetera, nos vamos a la ferretería y pedimos que nos encarguen un mango pero entonces el mismo ferretero nos dice que por el precio que vamos a pagar el mango, además de la espera, nos compremos una cafetera nueva, y nosotros agradecidos por el consejo nos vamos tan contentos sin pensar que con esta manera de actuar necesitamos muchas cafeteras más y para ello se consumirán muchos recursos más. Y como este podríamos poner mil ejemplos.

Debemos pensar que antes de deshacernos de algo a alguien le puede servir. 

Tenemos que volver a la cultura del reciclaje y de la adquisición de artículos de segunda mano. 

En el hogar, desde que nos levantamos, consumimos: Luz, agua, leche, magdalenas, ropa, jabón, zapatos...  

En el llamado Foro de Río + 5, se alertó sobre la aceleración del proceso, el consumo a escala planetaria superaba ya en un 33% a las posibilidades de recuperación. Según manifestaron en ese foro los expertos: "si fuera posible extender a todos los seres humanos el nivel de consumo de los países desarrollados, sería necesario contar con tres planetas para atender a la demanda global”. Estamos negando la posibilidad de desarrollo de los países pobres, por muchas limosnas que demos y mercadillos que hagamos para salvar nuestra conciencia, es imposible su subsistencia, para que nosotros vivamos así ellos tienen que vivir como viven. Y si pensamos egoístamente, estamos dejando a nuestros hijos y nietos sin posibilidad de recursos muy importantes y es casi un hecho que deberán adaptarse a otra forma de vida muy diferente a la que ahora conocemos, por increíble que nos parezca.

Como muchos de los vecinos de los pueblos del Somontano afirman en nuestras charlas de sensibilización, “es necesario volver a lo de antes”, tenemos que tener criterio a la hora de ir a la compra, cuando usamos las calefacciones y aires acondicionados… y algo muy importante, no dejarnos llevar por la moda social o por el continuo bombardeo publicitario al que se nos somete diariamente. Además, consideremos el ahorro que supone, para nuestros bolsillos, ser cuidadosos con nuestro consumo.

Puede haber para todos, no todos queremos coches lujosos ni tener grandes roperos. Sólo tenemos que ser más responsables y pensar en la repercusión ambiental que supone cada acto que hacemos en nuestra vida cotidiana, debemos informarnos, intentar entender las noticias medioambientales que salen cada día por la prensa y televisión, en toda su amplitud, porque, queridos humanos, sólo somos un débil eslabón de una gran cadena que nos estamos encargando de liquidar sin querer darnos cuenta de que necesitamos a los demás eslabones para subsistir.