Más de 49.000 personas visitaron el pasado año las instalaciones que forman parte de la Ruta del Vino del Somontano, dieciséis bodegas y tres empresas agroalimentarias, según ha informado la Asociación para la Promoción Turística del Somontano en un comunicado.
El mes de agosto, con más de 6.000 enoturistas, fue en 2011 el de mayor afluencia, seguido por mayo y junio y las cifras, según la citada agrupación, confirman "la tendencia al alza" que ha experimentado el número de visitantes a la Ruta del Vino Somontano desde su certificación como Ruta del Vino de España en 2006.
A lo largo del pasado año se llevaron a cabo varias acciones promocionales destinadas a posicionar a este territorio oscense como destino enoturístico de primer orden y entre las más destacadas se encuentran "Las estaciones del año", una campaña formada por la imagen diferenciada y edición de una serie de cuatro guías.
Otras acciones llevadas a cabo fueron "Ser enoturista tiene premio" en la que se han recogido más de 3.100 opiniones y valoraciones de visitantes a los establecimientos de la Ruta a través de su web.
También, el lanzamiento del "Bus del vino Somontano", por el que 250 personas visitaron la oferta de esta ruta a través de los siete itinerarios planteados durante el pasado verano, o la organización de un viaje de prensa con medios nacionales.
Además, más de 120 profesionales del sector enoturístico pudieron participar en el plan de formación que incluyó, entre otros, un taller gastronómico para poner en valor los productos autóctonos, un viaje de buenas prácticas a la Ruta del Vino de Navarra o una asesoría personalizada sobre el servicio del vino en restauración.
La Ruta del Vino Somontano nació en 2005 con la constitución de la Asociación para la Promoción Turística del Somontano con el objetivo de desarrollar el potencial enoturístico de su territorio.
La oferta de la Ruta está formada hoy por 89 empresas, entre bodegas, restaurantes, alojamientos, restaurantes, bares de vinos, comercios especializados, centros museísticos y visitas culturales o empresas agroalimentarias, entre otras.
Se trata de un proyecto que se fundamenta en el desarrollo integral y sostenible del territorio, diversificando la economía y asociándola al vino y en la desestacionalización turística con un nuevo perfil de público emergente.