Impresa en Madrid en 1796, versa sobre la historia del cristianismo y fueron traducidos del francés al español por el ilustre hijo de la villa Francisco Antonio de Escartín
El Ayuntamiento de Berbegal cuenta entre sus fondos bibliográficos con cinco valiosos ejemplares de una obra del siglo XVIII donados por el vecino de la localidad Arturo Santolaria Ara, residente en Bruselas. El acto de donación tuvo lugar el jueves 26 de agosto en el Ayuntamiento y contó con la presencia del propietario de los ejemplares, del alcalde, José Carlos Boned, del teniente de alcalde, Julián Ferrando, de la bibliotecaria municipal, María Pilar Campo, y de la archivera comarcal, Laura Fontova.
La donación consta de varios volúmenes de la obra ‘Pintura de la historia de la Iglesia que contiene los sucesos mas importantes, como son, la primera edad del Crhristianismo, las Persecuciones, los ilustres Martyres, los antiguos Solitarios, los Padres y Doctores de la Iglesia, los Concilios generales… y generalmente los hechos mas curiosos de esta Historia’ cuyo traductor del francés al español fue Francisco Antonio de Escartín, hijo ilustre de Berbegal. Además de esta obra, cuyos ejemplares pertenecen a la edición impresa en Madrid en la Imprenta Real en 1796, Francisco Antonio de Escartín y Carrera, junto a su hermano Joaquín de Escartín, fueron los fundadores de la gaceta ‘Correo literario de la Europa’ editada en Madrid entre 1781 a 1787. El donante, arquitecto de profesión pero un enamorado de la historia y socio protector del Museo Diocesano de Barbastro – Monzón, dio detalles sobre el origen de estos ejemplares así como glosó la biografía del traductor, ilustre vecino de la villa.
La Comarca de Somontano de Barbastro quiere agradecer la donación de libros a Arturo Santolaria quien durante el acto manifestó su intención de poner a disposición del Ayuntamiento otros documentos particulares que pueden ayudar a los vecinos de Berbegal a conocer sus orígenes, búsqueda iniciada por él mismo hace largo tiempo tras la que ha podido reconstruir su árbol genealógico familiar remontándose al siglo XIII. Actos de generosidad de esta índole ponen de manifiesto la importancia de abrir las puertas de las bibliotecas y archivos particulares a la administración para que aquellos documentos que puedan ser de interés de la comunidad se incorporen, aunque sea de forma digital, al acervo cultural de nuestra tierra, al constituir su información parte de nuestra de identidad como pueblo.